Para ser un buen empresario, es importante tener equilibrio. En toda empresa hay tareas diarias que es necesario realizar: administración, marketing, producción, atención al cliente. El problema viene cuando damos a una de estas tareas una prioridad innecesaria en detrimento de las otras, lo que perjudica al cumplimiento de los objetivos de nuestro negocio.
Uno de esos desajustes se produce cuando dedicamos demasiado tiempo a las tareas administrativas. Parece obvio, pero hay que recordarlo.
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