El proceso de reconversión tecnológica que muchas empresas están llevando a cabo a la hora de pasarse a la nube implica numerosas decisiones. Una de ellas, por ejemplo, una vez culminado el proceso de reestructuración, consiste en saber qué se hace con los servidores que anteriormente se estaban utilizando para el desarrollo de actividades y que, tras el cambio, ya no resultan útiles.
En el caso de que sean servidores dedicados alquilados a un proveedor, generalmente esto no tiene mayor misterio. Se cancela la relación contractual con dicho proveedor y se empieza a trabajar desde la nube utilizando nuevos entornos de desarrollo y software como servicio.
Sin embargo, ¿qué es lo que sucede con el hardware una vez la empresa ha decidido reducir parte de su infraestructura para mejorar el ahorro? Continue reading…