Hasta ahora muchas empresas han utilizado infraestructura instalada en sus propias dependencias. Esto derivaba unos costes de mantenimiento informático de los servidores que podía exigir la existencia de un departamento de informática, con personal cualificado solamente dedicado al mantenimiento y administración de dichos servidores.
Los avances tecnológicos han facilitado que muchas empresas apuesten por el outsourcing, reduciendo gastos internos y permitiendo también que su personal informático pueda invertir su tiempo en tareas menos mecánicas y más enfocadas en el desarrollo del negocio y la investigación.
El paso de la infraestructura in house al cloud
Al dar el paso de la infraestructura in-house al cloud, algunas empresas se encuentran ante la duda de cuántos servidores o cuánto espacio en disco duro van a necesitar, lo que requiere necesariamente realizar una auditoría para averiguar cuáles son las necesidades de la empresa.
Generalmente, si la empresa dispone de un número determinado de servidores, una opción es replicar el espacio y la RAM que se disponía hasta ese momento. Sin embargo, también es una buena oportunidad para comprobar los niveles de escalabilidad de los que disponíamos.
Es posible por ejemplo que en las dependencias de nuestra empresa, hubiera algunos servidores saturados, que no estaban respondiendo óptimamente a las necesidades de uso. En ese sentido, la solución antes pasaba generalmente por mejorar dichos servidores, o bien adquirir nuevo hardware si éste había quedado obsoleto o se encontraba en muy malas condiciones.
El otro caso es que hubiera un exceso de inversión en recursos, que es lo más habitual. La empresa realmente no necesita disponer de tantos servidores, ni siquiera contemplando su previsión de crecimiento de aquí a 3 años. Durante todo ese tiempo, se podría ahorrar mucho dinero si, en vez de utilizar servidores externos para alojar programas, recurriéramos por ejemplo a soluciones en la nube, que hay muchas y muy variadas, como por ejemplo un programa de facturación en la nube.
De la infraestructura propia al IaaS
Algunas empresas no decidieron dar el paso al cloud directamente, externalizando sus necesidades de almacenamiento en servidores cloud, y decidieron pasarse al IaaS, o infraestructura como servicio. En este caso, la empresa contrata unos servidores alquilados que le permiten replicar las actividades que estaban haciendo en su negocio, pero fuera de las dependencias de la empresa.
El problema de esto es que realmente no saben cuántos recursos van a necesitar en el futuro. El IaaS puede ser la solución en algunos casos, pero no en todos. Para algunas empresas, la escalabilidad se vuelve realmente un problema, lo que obliga en ocasiones a cambiar de servidor en menos tiempo del que se esperaba.
Si no se quiere que esto pase, hay que entender que según la velocidad de crecimiento de nuestro volumen de datos, muchas asociada al crecimiento y expansión de la empresa, debe estar ligada a los servidores que estamos utilizando. En ese sentido, el cloud hosting permite que la empresa sólo pague por el uso real que realiza de los servidores, de modo que si en un momento dado excede la capacidad del servidor, el servicio se amplía, con lo que la escalabilidad es completa.
¿Está tu empresa aprovechando las ventajas del cloud hosting para conseguir mayor escalabilidad? ¿Qué opciones estás estudiando?
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